viernes, 25 de octubre de 2013

De cómo sobrevivir a los gastos navideños y no endeudarse en el intento



El pavo, los viajes, las posadas, los regalos, el árbol. En esta temporada cada uno de nosotros tenemos gastos. Gastos que no podemos escapar. ¿Cómo sobrevivir a la temporada más festejada del año sin morir en el intento?

Festejos, regalos, cenas, posadas. El fin de año trae todo un arsenal de eventos, comenzando, incluso, en Noviembre. ¿Navidad? ¿Año nuevo? ¿Fiestas en familia?... y gastos? Todos tenemos estas difíciles decisiones, más cuando recibimos nuestro aguinaldo: ¿Qué hacer con él? ¿Cómo gastar inteligentemente?
Hay tantas cosas que dejas de hacer o comprar durante el año que lo único que aparentemente puedes hacer es usar tu aguinaldo para consentir a los que quieres y a tí mismo. Es común pensar que a lo largo del año haces muchos sacrificios, pero que esta temporada de fiestas es la excusa perfecta que justifica gastar en mí y en mi familia. No tiene nada de malo, este blog no te dirá que no gastes su aguinaldo, porque no es una recomendación realista. Lo que sí te recomienda este blog es gastar sólo una parte de tu aguinaldo. No perder el control. ¿Una oferta para comprar una tele más grande? ¿Meses sin intereses para comprar ropa?  
Muchas personas pueden caer en estas trampas y trucos que exprimen tu emocionalidad en esta época y te atacan para realizar gastos innecesarios. Pero tú no. Tú eres más inteligente que las tiendas que usan estas estrategias. Tú puedes vencer esta temporada, sus ofertas y ver cómo sales ganando en Enero, después que toda la emoción pase.  
ASEYCA te trae las 5 medidas de supervivencia para esta temporada navideña. 

1.- Prepara un plan para definir lo que quieres gastar en alimentación, vivienda, transporte, salud, ahorro y definir cuanto será para entretenimiento o regalos. No tiene que ser complejo, sino un plan que entiendas y que te parezca justo, para que estés motivado a seguirlo. Si te desvías un poco, no te des por vencido y gastes sin control. Sólo reajusta ese plan y síguelo hasta tu meta lo más que puedas. 

2.- Destina una parte de este aguinaldo al pago de deudas, principalmente a los créditos caros como tarjetas de crédito, eso te ayudará más que comprar alguna playera o zapatos nuevos. Algunas personas no consideramos el ahorro como posibilidad cuando tenemos ingresos adicionales, y claro que puedes consentir a quien más quieres, sólo que planea con una parte del dinero, y la otra parte guárdala. No planees ahorrar lo que te sobre, si no planea que te sobre para ahorrar, te va a servir mucho en Enero. 

3.- Evita las compras impulsivas, espera 2 ó 3 días antes de comprar algún bien de gran costo. Esperar y pensarlo en casa te ayudará a pensar con calma si realmente quieres esa televisión más grande. Tal vez hay más opciones en otra tienda, más televisiones, otras promociones. No tiene que ser ahora o nunca. 

4.- No considerar tus créditos (o tarjetas de crédito) como un ingreso extra, sino como una herramienta para financiar gastos hasta el siguiente mes y no para el resto del año, lo que nos lleva a la última medida de supervivencia.


5.- Evita la compra de ropa o el pago de despensa o cosas que se usen sólo en esta temporada utilizando las promociones de meses sin intereses ya que consumirás los artículos de inmediato y seguirás pagando por largo tiempo, afectando tus futuros ingresos.

Ahora sí, que empiece el juego.  

lunes, 7 de octubre de 2013

De lo riesgoso que es no tomar riesgos



“El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos.”     -Miguelángel




Nuevos procesos. Nuevos productos. Oportunidades. Cambios. Ideas. Innovación. ¿Qué palabra asociamos primeramente con estos temas? Riesgo. Nuestra amígdala, esa pequeña parte de nuestro cuerpo que nos inyecta miedo, entra en acción. Mejor permanecer igual. Mejor no cambiar nada si todo va bien. Pero lo más seguro es que no asociemos esa misma palabra con otras como rutina, complacencia y seguridad. De hecho, podemos decir que nuestra mente, como la de muchos gerentes y dueños de empresas, está acostumbrada a analizar y ponderar los riesgos que una nueva idea puede traer. Lo que muchos no hacemos, es pesar los riesgos de permanecer estático: “Nuestros márgenes son bastante buenos”, “Nuestros productos se están vendiendo muy bien, para qué cambiar algo”, “No hay necesidad  de entrar a un nuevo mercado y  tomar un riesgo innecesario”. Estas son frases que se pueden escuchar en muchos lugares, incluso en grandes empresas establecidas. Inercia organizacional. Lo que llega a detener muchas empresas no es lo que hacen, sino lo que dejan de hacer. Las oportunidades que dejan ir, a cambio de la seguridad que aman. Algunos libros destacan dos tipos de riesgos: el primero es intentar algo nuevo y fallar, cuando hunden el barco.
 El segundo es cuando una empresa deja ir una oportunidad, cuando dejan ir el barco. Mientras que la mayoría se propone intencionalmente preocuparse por no hundir su barco y actuar cautelosamente, estando satisfechos con lo que tienen (buenas ventas, una gran parte del mercado,  un gran producto) pueden en realidad estar matando lentamente su empresa.  
Por ejemplo, algunas veces no reconocemos las pequeñas señales que están ahí bajo nuestros ojos: “Nuestros productos siguen siendo muy populares entre nuestros clientes, incluso cuando los productos de nuestra competencia han decaído en ventas”. ¿Qué podemos leer entre líneas? Talvés ese producto va declinando más y más, hasta que alcance a mis ventas.  

Sin embargo, las nuevas ideas son fáciles de digerir para pocos. La intención de este blog no es reducir o minimizar los riesgos de apostar por nuevas ideas, estrategias, personas, mercados. La intención es de ponerte a pensar y a dar más valor a las nuevas ideas que al miedo a fallar. Al final, los costos de sentir seguridad y la aversión al cambio pueden alcanzar los costos de tomar riesgos. Los costos de evitar el fracaso se acumulan y pueden ser mayores que los costos de ir tras el éxito. 
Los riesgos existen en cada vuelta de hoja. Pero lo que hay que recordar es que, sin duda, intentar algo nuevo puede ser riesgoso. Pero no intentar nada puede ser peor.

Visita www.aseyca.com